Red Aleluya Paraguay

Los obreros

En la Universal, el obrero es aquel que, voluntariamente, se coloca a disposición de los sufridos, realizando atendimiento espiritual tanto a los que llegan a los templos por primera vez como a los miembros antiguos. Ellos también se empeñan en propagar el Evangelio, visitando hospitales, presidios, asilos, orfanatos, barrios donde están los necesitados, entre otros lugares, donde haya alguien necesitando apoyo.

El obrero es aquel que se coloca a disposición de las personas afligidas. Ellos se empeñan en llevar la Palabra de Dios a los que necesitan en hospitales, presidios, asilos o donde quiera que estén.

Ponemos a disposición de los obreros el «Manual del Servicio Sagrado». Es el instrumento con el cual podrán aclarar cualquier duda que pueda surgir en la realización del servicio voluntario en la Iglesia. Aquí los obreros sabrán lo que se espera de ellos, y también les garantizará la seguridad de que sus actos están siendo realizados irreprensiblemente.

Conforme creemos, el Espíritu Santo dirige toda la Obra y elige a Sus siervos para que cumplan Sus propósitos. Sabiendo eso, no existe la necesidad de cuestionar algunas limitaciones colocadas aquí como normas, debido a que la obediencia a ellas traerá resultados satisfactorios y, principalmente, agradará a Dios, de manera que el obrero será capacitado para la realización del Servicio Sagrado.

Su vestimenta

No existe ninguna otra vestimenta, por más cara que sea en el mundo de la moda, que se compare al valor espiritual que tiene el uniforme del obrero. Por eso, no debemos tratar a un tesoro inestimable como este de una manera relajada, sino con celo y reverencia.
“Si Dios no es visible en la persona, entonces, no hubo bautismo con el Espíritu Santo”.
Obispo Macedo

 

Para tener un comportamiento irreprensible

Ser bautizado con el Espíritu Santo va mucho más allá de hablar en lenguas o predicar. Significa tener el Espíritu de Dios encarnado en nosotros. Y de la misma forma que Él usó, guió y Se sirvió del Señor Jesús cuando estuvo como hombre en este mundo, desea hacer con cada uno de Sus hijos.

El Espíritu Santo nos da condiciones para que seamos una copia fiel del Señor Jesús, de manera que todos aquellos que nos miren y que convivan con nosotros Lo vean claramente.

Y como a nadie le gusta conversar con personas maleducadas y que no saben respetar el límite del prójimo, dejamos a continuación consejos básicos para un comportamiento ejemplar:

Cortesía:

El saludo y algunas expresiones son un un gesto de educación, por lo tanto, es necesario decir: “¡Buenos días!”, “¡Buenas tardes!”, “¡Buenas noches!”, “¡Bienvenido(a)!”, “¿En qué puedo ayudarle?”, “¡Muchas gracias!, “Con permiso…”, “Disculpe…”, “Sería tan amable de…”, “Por favor…”, “No por eso…”, “Por nada…” etc;

Reciba a las personas con una sonrisa:

Una sonrisa genuina trasmite confianza. Un rosto sin una sonrisa (serio) puede impedirle al sufrido que se acerque en búsqueda de ayuda. Demuestre que usted está dispuesto a ayudar y que tiene placer en hacerlo.

Siempre hable de manera educada:

Conozca el volumen de su voz, teniendo en cuenta que el tono ideal y agradable de oír es el tono medio. Quien habla alto o muy bajo les causa incomodidad a las personas. Busque pronunciar todas las letras de las palabras que dirá. Y no se olvide de ser un buen oyente, espere el momento adecuado para hablar.

Saludar a las personas:

Los saludos formales exigen dar la mano o una leve inclinación de la cabeza hacia abajo. Sea gentil al hablar con las personas. Adopte una manera educada y respetuosa, indistintamente. Al dirigirse a alguien trátelo de “señor”, “señora”. La manera correcta de dirigirse a alguien es: “Con permiso, señor Juan”; “Buenas noches, señora Juana”. Evite usar a expresión “Doña” aisladamente.

Al ser presentado (a) a alguien:

Mire a los ojos de la persona, sonríale y recuerde su nombre durante la conversación.

Integridad personal:

Debemos preservar la integridad y la dignidad de las personas. Cuando manifiestan con demonios necesitan toda la consideración, respeto y paciencia.

Discreción y equilibrio:

Una de las características más importante de un obrero es saber comportarse con discreción respecto a los temas que le confiaron. Sea sereno y equilibrado para poder ayudar a las personas.

Discreción y sutileza:

Una persona sutil es hábil y talentosa, tiene discernimiento. Los obreros que son sutiles tienen como característica ser discretos. Ellos tienen equilibrio y serenidad para ser reservados sobre los temas que la persona les confió.

Puntualidad:

Una persona puntual demuestra que es responsable, competente y que sabe organizar su tiempo. Por lo tanto, planee llegar con anticipación. De esa forma, estará disponible para atender a las personas.

Santa Cena:

Es la ceremonia más importante de la iglesia. El obispo Macedo nos alerta “que sentarse a la mesa con el Señor Jesús exige responsabilidad.” Por eso, mientras es servida, no es correcto hablar ni cantar, sino expresar temor por medio del silencio y la reverencia que exige.

Los días de Santa Cena merecen una preparación adecuada. Por eso, todos los obreros deben estar debidamente uniformados y listos para servirla. 

En todo lo que haga, dé lo mejor de sí. Recuerde que todo lo que hace para Dios es una ofrenda y, para que Él la reciba, debe ser lo mejor de usted.

Sobre el uniforme

 

Para ayudar en las reuniones, es imprescindible que los obreros (as) utilicen el uniforme. Existen diversas combinaciones del uniforme que responden a las necesidades específicas de cada situación. Por eso, es necesario seguir fielmente el modelo indicado, según la reunión en la que será utilizado.

Las prendas del uniforme son de uso exclusivo dentro de la iglesia. Por lo tanto, no deben ser usadas individualmente para otros fines.

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