Cuando una persona se rodea de malas influencias su percepción espiritual comienza a nublarse. Sutilmente, pierde la sensibilidad al peligro espiritual y termina siguiendo el ritmo de los demás, sin darse cuenta de cuán cerca está del abismo.

“No os dejéis engañar: Las malas compañías corrompen las buenas costumbres”. 1 Corintios 15:33

La mala influencia no siempre grita. A veces susurra, se disfraza. Mientras lo hace, te hace perder de vista el verdadero peligro que amenaza tu Alma.

¿Qué hace la mala influencia?

  • Cauteriza la buena conciencia: Lo que antes era inaceptable se empieza a naturalizar. Poco a poco, se justifica lo indebido y se abandona lo que es correcto.
  • Desvía la atención del Altar: Se descuidan los detalles espirituales que Le agradan a Dios, y hace que la persona se enfoque en las cosas terrenales.
  • Induce a seguir el corazón: En lugar de guiarse por la Palabra de Dios, se guía por sentimientos, abriéndoles la puerta a la duda, a la inmoralidad, a la rebeldía y a la vanidad.
  • Apaga la fe y el temor a Dios: Ya no teme pecar. Pierde la sensibilidad espiritual y deja de buscar lo que Le agrada a Dios.

La mala influencia no siempre se presenta con apariencia de maldad. Generalmente se disfraza de entretenimiento, de amistades e incluso de libertad. Pero su objetivo es apartarte del Fuego del Altar y llevarte, poco a poco, hacia el fuego del infierno.

Métodos sutiles de la mala influencia

Puede llegar a través de una simple llamada, un mensaje en redes sociales o una invitación inesperada. También puede venir de amistades del pasado que, bajo el pretexto del reencuentro, te invitan a lo que sabés que está mal.

La mala influencia quiere contagiar sus hábitos, naturalizar el pecado, regalar “oportunidades” y facilitar el acceso a lo que contamina.

El cambio de rumbo

Dios nos llama a tomar una dirección diferente: aquella que conduce a lo que es Bueno, Agradable y Perfecto. Él nos revela el error, nos alerta del peligro y preserva nuestra Alma.

Llamado a la acción

  • Rodeate de personas que te acerquen al Altar.
  • Consumí contenidos que edifiquen tu Fe de forma inteligente y basados en la Palabra.
  • Buscá a Dios en todos los momentos, sean buenos o malos.

La buena influencia te despierta, te corrige y te fortalece.

“El prudente ve el mal y se esconde, mas los simples siguen adelante y son castigados”. Proverbios 22:3

¿Cómo evitar las malas influencias?

  • Hoy es el día de cortar con lo que contamina tu Alma.
  • Apaga aquello que distrae tu Fe.
  • Abrí tu Sagrada Biblia.
  • Ponete a disposición del Señor Jesús y buscá a los sufridos.

Oración

“Señor Jesús, líbrame de toda mala influencia y que yo jamás sea tropiezo para nadie en la Fe. Que nunca impida el crecimiento espiritual de otros. Ayúdame a ser un ejemplo de carácter, a estar delante de Ti con sinceridad, a servirte y a vivir para Tu Gloria. Amén”.

¡Nos vemos en la IURD o en las Nubes!

Ob. Julio Freitas

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