miércoles, 22 enero , 2020
“Ahora pues, si en verdad escucháis mi voz y guardáis mi pacto, seréis mi especial tesoro entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra; y vosotros seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa”
Éxodo 19:5-6
Dios quiere hacer de cada uno de nosotros un tesoro especial. Imagínese una joya muy cara, que vale miles, millones de dólares ¿cómo cuidaría usted de esa joya? Es así que Dios nos cuida, cuando nos volvemos un especial tesoro, nos guarda, no permite que ningún ladrón se nos acerque.
Cuando la persona escucha y guarda la Palabra de Dios, practicándola, ella pasa a tener un valor inmensurable. Él quiere que seamos un reino de sacerdotes, más para eso debemos entender que los sacerdotes son aquellos que sirven, entonces lo que Dios quiere es que seamos sus siervos, y por último ser una nación santa. Cuando la persona se vuelve santa, para Dios, ella es separada, se vuelve una propiedad única y exclusiva de Dios. Al entregarnos a Él, cuando pasamos a escuchar Su voz, y a obedecer Su Palabra, nos volvemos todos una sola nación, una nación santa, un pueblo separado propiedad de Dios.
Y es esto lo que quiere hacer con cada uno de nosotros, pero ¿cómo podrá ser parte del plan de Dios una persona que no escucha la voz de Dios? La persona no obedece, Dios manda a hacer una cosa y ella decide hacer lo contrario. Ella no guarda, no sigue la Palabra de Dios. No podrá tornarse un tesoro especial, preciosa para Dios, si ella no le escucha, si no hace Su voluntad.