domingo, 29 enero , 2017
Cuantas personas conocen la palabra de Dios, que tienen una fe, que viven en la casa de Dios, pero la imagen que ellas han reflejado no es igual al Dios que buscan. Porque en la iglesia son una cosa y afuera otra…
Vea lo que dice en la palabra de Dios:
“Entonces se acercaron a Jesús ciertos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo: ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan. Respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición? Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente. Pero vosotros decís: Cualquiera que diga a su padre o a su madre: Es mi ofrenda a Dios todo aquello con que pudiera ayudarte, ya no ha de honrar a su padre o a su madre. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición. Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí.” San mateo 15:1-8
Haga un análisis de su vida, y observe si la persona que ha sido, no refleja lo que Jesús ha dicho en su palabra.
Existen varias personas que están esa situación que en palabras, dicen muchas cosas de Dios, pero en el momento de la práctica no hacen nada, su vida no es lo que aparenta ser con sus palabras, por lo contrario hasta parece que se coloca en una postura de incredulidad.
Esa es la diferencia que tiene que existir en las personas que son de la iglesia universal, su vida tiene que ser el reflejo de Dios, su propia vida tiene que hablar más que su boca. La única manera que Dios pueda llegar hasta las personas sufridas, es usando su vida para mostrar al mundo su poder.
Lector, analice de qué manera usted ha reflejado al Señor Jesús en su vida…